Esta historia de México comienza cuando una noche, mientras cenaba con don Evaristo y con doña Almanda.
Tal vez una o dos veces al año. Pero cierto día pareció un misterioso arriero el cual tomaría un giro total en la vida de Eulogia. El arriero y Eulogia se encontraron una noche de lluvia y tormenta, cuando la vio, le dijo que se encontraba perdido y necesitaba ayuda. Eulogia lo invito a pasar a su casa y le ofreció una bebida caliente y una chompa para que se abrigara. Mientras conversaba la lluvia pegaba muy fuerte el techo de Eulogia en el cual se hicieron muchos abiertos y así el agua ingreso mojando toda su casa.
Como muestra de gratitud por haberlo ayudado, el arriero salió de la casa y con madera, clavo y martillo tapo se subió al techo y reparo todos los hoyos que habían. Al día siguiente el mismo arriero pasó por la casa de Eulogia y le dijo que él era el diablo y que le tenía una oferta única que jamás olvidara.
Eulogia al no tener nada que perder escucho atentamente su oferta la cual consistía en que convertiría aquel desierto en un campo de flores y que su familia la visite más seguido a cambio de enriquecer su alma para luego tomarla, Eulogia acepto y vivió feliz hasta el día su muerte en el cual su alma fue tomada.