Las aventuras de Ardilla Cola de Seda. La madre ardilla de Cola de Seda era muy sobreprotectora y no quería que su hija esté con malas compañías, ni que fuera una ardilla mala. Se organizó una fiesta muy importante entre el círculo de amistades de la ardilla piel suave, a la misma todos querían ir sin falta, pero dudaba la madre de Cola de Seda en dejar ir a su hija. Sin embargo, luego de tanto se convenció de que fuera, aún así le dijo que volviera antes de que se haga de noche y a cambio le daría un lazo muy bonito de obsequio.
Comenzaron a caminar para ir a la fiesta y luego de unos pasos la madre dejó que su hija siguiera sola el camino depositando en ella su confianza. A lo largo del viaje encontró a un ratón con la cola atrapada en una piedra y lo salvó, pero se retrasó bastante. Siguiendo su camino es que se topó con un pájaro carpintero que cayó de su nido y lo volvió a poner en su lugar. Estaba llegando tarde a la fiesta que tanto quería ir, pero sus ganas de ayudar a los necesitados eran aún más grandes y cada vez que ayudaba a alguien nuevo, éste le decía que estaría para cuando ella lo necesite. Lo siguiente para el camino de Cola de Seda fue encontrarse con un murciélago que ayudó a moverse para el árbol que quería ir y a una flor que se estaba marchitando y le llevó agua del arroyo.
Cuando quiso darse cuenta Cola de Seda, el día ya estaba muy avanzado y tal vez hasta la fiesta había terminado. Fue entonces cuando se encontró con la gata atigrada que la comenzó a correr para poder hacerle daño, la misma estaba en el camino, pero no le haría nada si llegaba durante el día y se iba antes del anochecer. En el peor momento apareció la madre del pájaro carpintero que había ayudado para picotear a la gata tigresa y luego el ratón le tiró una piedra encima con un plan muy elaborado.
Cola de Seda llegó a la fiesta finalmente con la ayuda del murciélago que la guió en la oscuridad y duró mucho tiempo más en su honor, luego también se quedaron a dormir en el recinto donde se celebraba con consentimiento de sus padres que no querían a sus hijos de noche caminando por el bosque. Al regresar al hogar, la madre de Cola de Seda, estaba totalmente orgullosa de las hazañas de su hija buena y solidaria.
La liebre y la tortuga: Una tortuga super lenta, como todas las tortugas, se encontraba en el bosque un día como cualquier otro. Ella estaba haciendo la rutina que siempre hace, pero entonces se sintió muy molesta porque vio pasar a la liebre que iba a toda velocidad y llevando a todos los animales puestos de la rapidez, tanto así que solo tomaba su máxima velocidad para burlarse de ellos, la liebre iba uno por uno a mostrarle que nunca serían más rápidos que ella y la peor parte es que estos animales son muy buenos para diferentes cosas, aunque algunos no son veloces, si son más fuertes, o más sabios, o ven mejor o escuchan más, pero la liebre siempre quiere demostrar que es mejor que cualquiera.
La tortuga saturada de que esté haciendo sentir mal a todos los animales del bosque que tanto ama, la retó para que le juegue una carrera, pero nadie en ese lugar lo pudo creer. De inmediato todos le comenzaron a decir que no lo haga porque no había forma de que le gane y varios animales se ofrecieron para ocupar su lugar y competir con la liebre, la cual aceptó en una fracción de segundo, no sin antes comenzar a reírse sin parar por la locura que le estaba proponiendo la tortuga. De todos modos, siempre y cuando pueda llamar la atención de todos, la liebre aceptaría.
Llegó el momento de encarar la competencia y la liebre enseguida tomó la delantera aunque salieron junto con la tortuga al mismo tiempo. Pasaron las horas y la liebre estaba por cruzar la meta, pero entendió que la tortuga estaba demasiado lejos y no quería atravesar la meta sin que nadie la esté mirando, por eso es que le dio sueño y se acostó a dormir, de todos modos pasarían muchas horas hasta que llegue la tortuga a la meta, si es que llegaba.
La liebre despertó, pero cuando lo hizo, la tortuga estaba poniendo su pata en la línea de meta y entonces ganó la carrera, por más de que le llevó un día entero atravesar la carrera, fue ella quien se llevó el reconocimiento. La liebre se confió tanto tirándose a dormir que no hizo a tiempo de despertarse para poder atravesar la meta como debería haber hecho, así fue como la liebre nunca más volvió a burlar a nadie en el bosque. Sin embargo, la tortuga se convirtió en alguien muy importante porque demostró que puso su máximo esfuerzo hasta el final para poder llegar a la meta, lo cual para una lenta tortuga es algo bien complicado.
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Santilín: En el bosque todos los animalitos que viven cerca se conocen y así sucedió con la familia de Santilin, el osito más amable de todo el lugar. Todos los animales vienen todos los días a jugar con él y la madre lo deja salir hasta que luego tiene que regresar para poder merendar y así dormir la siesta. El osito adora jugar con todos sus amigos, pero claro que tiene uno con el que siempre juega más y es con el elefantito. A las fiestas en donde todos juegan, todos los animales del bosque pueden asistir, incluso aunque no sea conocido, siempre habrá un lugar para poder jugar.
Todos en el bosque se saludan amablemente y así es como comienzan los juegos divertidos. Hay algunas reglas que están claras para todos, no se puede pisar ni las flores, ni el jardín de ninguna casa, ni tampoco dañar la naturaleza, si es que todos pueden cumplir esas reglas que Santilin dijo un día, entonces podrán jugar sin ningún problema, ya que de otra forma traerían problemas a los padres que luego deberían arreglar todo el desastre que hacen los pequeños mientras juegan, el osito está muy bien educado y es por eso que disfruta con sus amigos de su compañía.
El grupo de amigos se encontraba jugando en una tarde de verano cuando de pronto apareció el puercoespín para poder jugar a la pelota y todos querían integrarlo, pero el problema es que sus púas podían lastimar a otros, entonces tenían que encontrar una solución o el nuevo amigo se debería ir y a Santilin se le ocurrió entonces ir por la gorra del padre, la cual puso en su lomo y tapó así las púas para que pueda jugar sin lastimar a nadie. Todos jugaron muy felices esa tarde, sin dejar a nadie fuera.