Érase una vez una tortuga que vivía en el bosque con los demás animales, todos pasaban buenos momentos y siempre se divertían jugando en los ríos y praderas.
Al día siguiente la competencia da inicio en una parte alejada del bosque, era un camino sumamente largo incluso para la liebre, pero aun así la tortuga de igual manera acepto el reto, la liebre al estar muy confiada se dice así mismo que saldrá corriendo a toda velocidad hasta llegar a la mitad. Entonces el búho da comienzo a la carrera y la liebre sale corriendo como un rayo mientras la tortuga apenas y podía pasar la línea de meta. Cuando la liebre llega a la mitad del recorrido, mientras este se relaja recostado tomando una siesta, peor las horas pasaban y cuando la liebre abre los ojos ve a la tortuga había llegado a la meta y el conejo perdió aprendiendo que no debe burlarse de las capacidades de otros.