Mi pequeño caracol

image010Si algo amaba Marta era su pecera, en la misma se encontraban dentro todos sus peces muy bien cuidados y su madre ayudaba a que siempre se encuentre impecable. Un día ella se sorprendió cuando

miró para la pecera porque encontró rápidamente a un caracol muy bello que se había metido de un modo que no entendía, lo más extraño es que el mismo era muy pequeño, más de lo que antes había visto.

Llevó Marta la pecera a la escuela para enseñar su nuevo caracol, pero entonces todos se rieron de ella porque decían que era la mascota perfecta, ya que la niña era bastante bajita y por eso la burlaban a diario. Sin perder su amor por su caracol con el que ahora se sentía más identificada todavía, volvió al hogar con la intensión de ver si a lo largo del tiempo no crecía un poco más de lo que era cuando entró en la pecera de la cual ya no se iría. Un pez de color naranja se comió al caracol en una oportunidad, pero en realidad luego lo devolvía, solamente estaba jugando con él y eso divertía a Marta.

Un día luego de que la madre de Marta aspire delicadamente la pecera, el caracol desapareció. Después de un tiempo sin rastros de su amigo, entonces decidió culpar a la madre de haberlo aspirado, pero no lo había hecho y para demostrarlo llevó una lupa muy potente que lo encontraría enseguida de estar en la pecera. Ahí estaba el caracol, se encontraba escondido detrás de unas piedras que estaban allí de modo decorativo, lo que más les causó gracia a la madre junto a su hija es que ya no estaba solo, junto a él pudieron ver que había otro caracol más, pero encima era más pequeño.