Cuento de la niña de los fosforos

Esta es cuento de una joven niña que era huérfana que tenía unos zapatos muy grandes y que a menudo se les perdía. En esa calle casi siempre vivaba y muy pocas veces eran los momentos en que el sol salía. Cuento de la niña de los fosforos

La niña huérfana tenía mucho frio y con una pequeña lata al lado de ella las personas pasaban y le lanzaban monedas de 5 centavos y algunos de 10. La niña junto el dinero para comprarse un pan pero se lo comió muy rápido. Aquella niña se llamaba Ana y cada vez que podía ayudaba a los ancianos a cruzar la calle los cuales le daban como muestra de gratitud algún que otro pan. Las zapatillas de la niña eran muy grandes y se le metía la nieve por los zapatos, un día mientras la niña iba caminando por la ciudad, el semáforo estaba en verde por lo tanto la niña cruzo la calle pero por su mala fortuna el semáforo cambio a rojo y la niña corriendo con mucha fuerza llego hacia la otra calle pero uno de sus zapatos se le había quedado en medio de la pista hasta que un auto lo arrollo y lo lanzo muy lejos hasta caer en un rio muy profundo, la niña ahora estaba con un solo zapato y tenía mucho frio, mientras caminaba por la nieve alta que le cubría hasta la cintura, al salir de ella vio que ya no tenía su otro zapato. Ana se quedó muy triste porque perdió los zapatos que su difunta madre usaba. Mientras la niña buscaba por la basura encontró una caja de fosforo tirado cerca de la basura. La niña lo tomo y vio que solo quedaba un único fosforo, ella lo prendió y sintió tanto calor como si estuviera en verano.